Angeles Ruibal – El recuerdo de mis padres, José y Aurora, vive en mí

Aurora Argibay Iglesias y José Ruibal Castro, mis padresEn esta foto de José Ruibal Castro y Aurora Argibay Iglesias, mis padres, aún no me conocían.  Ni siquiera estaba en su proyecto familiar. Era 1936 y ya tenían cuatro hijos, José, Mercedes, Marisa y Fernando. Yo nací varios años después. Mi madre era como la mujer morena que pintaba Julio Romero de Torres. Mi padre, un caballero de estas tierras gallegas, con mucha cultura y humor.

Me contaron que cuando eran novios iban al baile de La Paloma, en Mourente, con toda la familia Argibay y también organizaban bailes algunas tardes en Xeve. El músico que animaba la fiesta allí era un acordeonista que tenía el mote de «O gato mico», y solía tocar medio dormido una melodía repetitiva que recordaba mi papá tomando mi espalda de acordeón «Piririri pi, piririri pi, piii, piripipi pi, piripiripiripi pi…piripi, piripi, piririri pi, piririri pi, piii, piripiripi pi» No, no estoy loca, estoy escuchando la voz de mi padre cantando esa alegre melodía, mientras deslizaba sus dedos por mi espalda produciéndome cosquillas. Yo terminaba siempre cansada de tanto reír y muy feliz.También me contó que cuando la gente se cansaba de bailar, le pedían a él (para los vecinos, un secretario de ayuntamiento era una autoridad) que le cerrara el acordeón. Cuando querían volver a bailar, los mozos y mozas le pedían que se lo abriera. El acordeonista ni se enteraba y volvía a empezar su monótona melodía, como siempre, medio dormido.

  • Angeles Ruibal «¡Qué buen actor podría haber sido mi padre… y escritor!»

Esta historia se la contó mi hermana Mercedes a Xesús Alonso Montero y él la suele relatar a sus amigos para referirse a nuestro padre, a quien un día le dijo una señora vecina: «Don Pepe. Oxe xoguei a lotería» (Don Pepe, hoy jugué a la loteria) Mi padre le preguntó: «¿Pra que queres máis cartos? Ti xa eres vella e rica, no nos vas a dar gastados» (¿Para que quieres tu más dinero? Tu ya eres vieja y rica. No los vas a poder gastar) Ella le respondió: «No os quero pra min, son pra darllos a usté, pra que se sente e fale todo o día» (No los quiero para mi, son para usted, para que se siente y hable todo el día)… es que mi padre era un gran orador y humorista. Podía contar la misma historia cien veces y las cien te reías.

  • Angeles Ruibal «Mi madre preparaba comida para nosotros… y muchos más!»

Mi madre era entre las familias humildes una especie de Madre Teresa, como me dijo hace poco uno de aquellos niños de mi edad, que acudía cada tarde a buscar algo de comer a nuestra casa. Había otro con las piernas muy torcidas que saltaba ante mi madre diciendo repetidamente «Quero pan, quero pan…» y mi madre se lo daba de inmediato antes que la volviese loca. Ese niño, castigado duramente todos los días por su padrastro y abuela, luego tuvo un cargo muy importante en una empresa constructora. Lo consiguió estudiando de noche y trabajando como un mulo de día ¡Ay los muchachos de antes!! Y sobre mi madre decir que era una persona seria y poco habladora, pero cuando decía algo, era la palabra justa para la ocasión. Una sabia!!

Papá, Mamá ¡Queridos míos!!!… Siempre estáis en mi corazón. Como me escucharon tantas veces este poema que me enseñó mi padre… aquí va para ustedes dos!

Angeles Ruibal Pontevedra Galicia España