Angeles Ruibal -Cuando se cumplen cuarenta años de la democracia en España, noto que hay muchos que presumen de cuánto aportaron al nacimiento y consolidación de ese proceso, llamado «la transición española«. Es estudiada en todo el mundo. No es por decir, pero creo que el granito de arena que aporté, primero sola y luego como Los Juglares, tal vez pese más que el de muchos de ellos. Y eso por suerte lo han dicho otros, como mi paisano pontevedrés Juán de Sola en el Diario de Pontevedra. También Tico Medina en la revista Hola, Fernando González Lucini en el semanario andaluz Saeta Azul. Y unos cuantos más. Fui esparciendo cantos de libertad desde 1967 y lo sigo haciendo en 2017. Una década antes de las primeras elecciones, llevé el canto rebelde de Atahualpa Yupanqui, a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Complutense de Madrid. Esos 1.500 jóvenes que atiborraron el paraninfo lo reconocieron desde el primer tema que canté. Ese mismo día me contrataron una veintena de colegios mayores de Madrid,. Entre ellos, el famoso San Juan Evangelista.
Angeles Ruibal «De cuando cantar a Miguel Hernández y Federico García Lorca era subversivo»
Con sólo uno de los dos poetas, habríamos sido Los Juglares muy controlados. En Ciudad Real, en la Biblioteca Pública Municipal, fui contratada por mi apreciada directora Isabel Pérez. Ella en cuanto llegaba la hora del recital, se iba a la Iglesia a rezar para que todo saliera bien. Nos metieron presos por subversivos después de cantar. Habíamos recorrido los pueblos de Tomelloso, Campo de Criptana, Valdepeñas, Socuéllamos, Alcazar de San Juan, Aldea del Rey, Manzanares.
Y no nos dejaron llegar, como en otras ocasiones, a la ciudad de mi querido amigo, el escritor Manuel Juliá, Puertollano. Nos vinieron a buscar al hotel a la mañana siguiente de cantar en la biblioteca de Ciudad Real para no hacernos famosos, decían. Nadie se enteró de nuestro arresto. Sabían que si lo hacían delante de la gente se armaba el lío. Nos acompañaba nuestra hija Irene, de cinco años.
Recuerdo que durante muchas horas de nuestro encierro le contaba cuentos inventados. Le hacía ver que estábamos en una gran aventura. Así no percibia el drama que estábamos pasando, mostrándole lo mejor de la vida. En realidad la divertí muchísimo, tenía todo el día a su mamá para ella sola. Me ayudaba a tenerme en pie el espíritu de Don Quijote, seguramente con su lanza desfacendo entuertos por allí.
Angeles Ruibal «Entonces había censura»
La censura siempre nos pedía las letras de lo que íbamos a cantar. Nosotros les cambiábamos algunas palabras para `suavizar´ el poema, pero luego cantábamos el texto original. En más de una ocasión canté con dos guardias civiles vigilantes para ver lo que pudiera pasar. Se ponían al lado del escenario, detrás de las cortinas. Pero ellos eran parte del pueblo y muchas veces me felicitaron. Se sentían identificados con los versos de los grandes poetas.
Eran buenas gentes que cumplían con su deber. Madrid mandaba. Nosotros cantábamos sin miedo lo que correspondía que, realmente, era el canto fresco de estos dos poetas. Nada subversivo, pero sí con espíritu elevado.
Angeles Ruibal «Esas Casas de Cultura, faros poderosos»
Recuerdo con nostalgia a las Casas de Cultura que me contrataban y ahora no lo hacen. Ahora se dedican en muchas ocasiones a contratar a grupos que solo hacen ruido. Sus canciones son frívolas, sin ningún contenido educativo. Sus cantantes son de dudosa educación musical. No creo que ayuden a crecer intelectualmente a la juventud, más bien los embrutecen.
A finales de los `60 y hasta principio de los `80 Los Juglares fuimos llevando nuestro canto contra viento y marea por toda España. Ya con la democracia he contado cómo, yendo por Andalucía, en la provincia de Jaén, iba un vehículo con propaganda del Partido Socialista. El fondo musical era nuestra versión de Andaluces de Jaén de Miguel Hernández y nosotros detrás! Hasta así nos difundían.
Angeles Ruibal «Las giras por los Círculos Medina»

También recuerdo que nos contrataba la Sección Femenina del Movimiento, en los ciclos de los Círculos Medina. Solíamos cantar a los poetas que de ninguna manera eran de su ideología. Los tiempos mandaban y no tenían más remedio que modernizarse. Solo en una ocasión tuve que cambiar de repertorio en Alicante. Después de escucharnos el ensayo, su directora nos sugirió que en vez de cantar a Miguel Hernández, cantáramos a Bécquer, Unamuno, Góngora, Cervantes.
Lo hicimos, pero al finalizar el recital los jóvenes se pusieron a protestar y con toda la razón. Ellos quería escuchar a su querido poeta Miguel Hernández. Cuando volvimos a Alicante contratados por la Caja de Ahorros del Sudeste, cantaron con nosotros a todo pulmón Vientos del Pueblo y la emoción aún la guardo en mi alma.
En A Coruña, en 1973, el gobernador nos prohibió presentar nuestro disco Lorca-Los Juglares diciendo que «Lo mejor que le pasó a Lorca es que lo hubiesen asesinado«. A pesar de estar todas las entradas vendidas de un precioso teatro, nos volvimos a Madrid sin cantar. Ahora, con todas las libertades, los contratos se demoran. Es una pena comprobar que con el régimen franquista daba más de 200 recitales al año ¿Y ahora…? Conservo muchos programas que lo certifican! Es la triste realidad!
Angeles Ruibal «Esas décadas cuando nos contrataban las Cajas de Ahorro de toda España»

Y vale la pena recordarlo aquí. Formaban parte del paisaje español de la época, realizaban una gran labor allí donde estaban implantadas. Me ha llamado la atención que los ciudadanos no reaccionaran cuando los políticos se metieron en ellas, para terminar destruyéndolas con miles de trapacerías
Por citar solo a dos de ellas, tengo ante mi los programas de algunas de las actuaciones de Los Juglares para la Caja de Ahorro de Asturias, en Oviedo, Gijón, Avilés y Sama de Langreo, donde recuerdo tener que esperar emocionada a sus mineros. Lo mismo ocurría en nuestras giras a la Provincia de Pontevedra, mi tierra natal.
La Caja de Ahorros de Vigo, una entidad muy fuerte en la región, nos contrataba para recorrer muchas localidades como Cangas, Aldán, Vilagarcía de Aurousa, Moaña, Porriño, A Guardia, Cambados, A Estrada. También Vilajuán, Lalín, Marín, Gondomar, Tui, Chapela, Baiona, Puenteareas, A Cañiza, más Pontevedra y Vigo por nombrar algunas.
Angeles Ruibal «Hay muchos amigos que por suerte recuerdan todo esto»
Así recorrimos sus centros culturales y teatros durante ocho años, entre 1970 a 1978, antes de viajar a la Argentina una vez más. Como volvíamos cada año y, en algunas ocasiones cada seis meses, renovábamos nuestro repertorio siempre. Era para no repetirnos con los mismo poetas. Así fuimos cantando a Bécquer, Cervantes, Unamuno, Antonio Machado, Nicolás Guillén, Pablo Neruda. También al boticario amigo ourensán Antonio Tobar, nuestra Rosalía de Castro. El recordado amigo Celso Emilio Ferreiro y el querido Agustín Pérez Bellas, mi cuñado vigués, entre otros.
En el 2003 con la presentación de mi disco Canciones para sentir, volví como solista a muchas de esas poblaciones a mi regreso de Argentina. He dado recitales exclusivos de Atahualpa Yupanqui en Vilagarcía de Arousa y Pontevedra. Venía de realizar una larga gira por Argentina de presentación del disco Así siento a Yupanqui en los años 2012/13.
Ahora llego con María do Carme Kruckemberg con quien he tenido el privilegio de ser su amiga. Hace pocos meses he grabado el disco Angeles Ruibal canta a la Kruckenberg, Acóchate en min que se presentará desde el otoño 2017.
Cuando se celebran los cuarenta años de la democracia, me sumo elevando siempre mi canto repleto de poesías y cultura. Soy muy feliz de poder vivir esta nueva época. Y de haber sido protagonista en el proceso llamado transición. Y sigue teniendo vigencia esta canción ¡Vientos del pueblo!
Angeles Ruibal Pontevedra Galicia España
Miguel Hernández, García Lorca, Atahualpa Yupanqui ¡qué maestros para alimentar la maestría de Ángeles!
Muy linda reseña, y hermosa la canción «Vientos del pueblo». Felicitaciones y un beso
César