Ángeles Ruibal – Hoy vuelvo a mi infancia, a mis recuerdos en San Andrés de Xeve, a la casa de mis abuelos maternos donde viví desde mi primer año y medio de vida. Cuando mi abuelo Ramón Argibay Casal, partió por culpa de una maldita pulmonía, mi abuela Aurora Iglesias Rey y tres de sus hijas, se fueron para Buenos Aires, Argentina, donde ya vivían cinco hijos varones. Mi madre, Aurora Argibay Iglesias, Yoya, se quedó en la casa familiar con nosotros. En la huerta teníamos muchos árboles y cuando crecí, lo que más me gustaba era subir a las higueras para comer sus higos, hamacarme en sus ramas y cantar.